Asociación Argentina de Actores y Actrices

Deshojando la margarita: nos respetan mucho, poquito, nada…

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Deshojando la margarita: nos respetan mucho, poquito, nada...

A algunos empresarios sólo les interesan las ganancias ocasionales. Si se obtienen evitando hacer aportes previsionales elementales para el sostenimiento de la salud, de la jubilación, del convenio colectivo de trabajo, en definitiva, de la dignidad de actrices y actores argentinos, no les importa.

Los llevan a grabar al exterior porque las leyes laborales son más flexibles y mucho menos protectoras que las nuestras. No les importa que sean coterráneos, que tengan que contratarlos y tratarlos en cualquier otro momento y situación en este, su país. El país donde nuestro sindicato, en forma conjunta con los organismos de protección al trabajo artístico infantil, como COPRETI, acciona para evitar abusos y explotación (El caso más notorio de vulneración de esos derechos de niños, niñas y adolescentes ha ocurrido fuera del país con producción local).

Hoy les sacarán el mayor jugo posible. Luego los regresarán para que sigan su trabajo “normal” en nuestro suelo, donde se encuentra su sindicato, que, a pesar de todo, los defiende y defenderá siempre; la obra social que les da cobertura médica a ellos y sus familias, esa misma obra social que se desangra económicamente por maniobras empresariales como la que relatamos.

Las latas de ficción de «Margarita», la nueva tira de Cris Morena, vienen del extranjero, pero el contenido de las mismas es argentino. Como el cuero y los zapatos, la historia se repite: el valor agregado se lo llevan otros. Al volver en forma de latas fabricadas en Uruguay (Cris Morena, CAPIT), y tener una boca de expendio (Telefé, ATA), el trabajo de actores y actrices argentinos no estará registrado en nuestro país. Se perjudica así al sindicato, al sistema jubilatorio y al sistema solidario de salud de la obra social (OSA). Se evadirá de esta manera toda responsabilidad tributaria patronal en nuestro territorio.

El inflexible círculo vicioso en marcha: se llevan la materia prima (actrices, actores, técnicos) para luego vendernos el producto terminado. Lo más grave es que esto sucede con la connivencia de las dos cámaras que agrupan al sector de empleadores de ficción de nuestro país, ATA y CAPIT. Las razones que esgrimen para no grabar en Argentina se relacionan con las leyes laborales protectoras que rigen en nuestro suelo: convenios colectivos de trabajo, protección del trabajo artístico infantil, sostenimiento del sistema solidario de salud a través de nuestra obra social, jubilación, Ley del Actor, etc. Sin esas leyes, nuestras actrices y actores, como cualquier trabajadora o trabajador, son vulnerables.

Emigrar para evadir puede ser un ardid ingenioso, pero tira por la borda años de convivencia entre trabajadoras/es representados por nuestro sindicato y productores. Podemos hacer mil marchas manifestándonos por la producción de cultura argentina, pero quedará en lo simbólico si los empresarios argentinos sólo ven la parte relacionada con la renta, y si el Estado no protege ni fomenta el trabajo cultural. En esta suerte de “sálvese quien pueda”, impuesto por políticas gubernamentales, una vez más los perjudicados son los trabajadores y trabajadoras, pues el deterioro que ocasiona es gravísimo.

Consejo Integral
Asociación Argentina de Actores y Actrices

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